La práctica de RAIN
Esta práctica basada en enseñanzas budistas sobre mindfulness y compasión fue introducida hace varias décadas por la maestra de meditación Michele McDonald. Desde entonces han ido apareciendo diferentes versiones y variantes. En nuestras sesiones utilizaremos la desarrollada por Tara Brach, que sustituye la última etapa que originalmente era No-identificación, por Nutrir, poniendo énfasis en la autocompasión..
RAIN son las siglas de una meditación activa de cuatro pasos.
01
Reconocer
La R se refiere a Reconocer la situación que queremos trabajar. Traer a la mente algo que está ocurriendo en nuestra vida con lo que nos resulta difícil lidiar. Puede ser cualquier cosa, un conflicto con alguien, un problema de salud, una preocupación del futuro, un sentimiento de culpa, una voz crítica interna que nos atosiga. Cualquier cosa que se interponga entre nosotras y nuestra tranquilidad, nuestro bienestar.
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En esta primera etapa estamos trayendo conciencia a esa situación, recordando los detalles de la situación, buscando revivirla lo más que podamos.
02
Aceptar
La segunda etapa vamos a dejar que las emociones activadas, los sentimientos y las sensaciones que aparecen al recordar la situación estén plenamente aquí. La A de RAIN se refiere en inglés a “Allow” que podemos traducir por Aceptar para mantener el acrónimo, pero con una connotación de permitir que esas emociones y sentimientos estén ahí. En esta etapa dejamos estar todo lo que aparece, no juzgamos las emociones y sentimientos que podamos sentir, no los explicamos, ni nos esforzamos por ponerlos en un contexto, ni nos culpamos por tenerlos, ni justificamos que estén ahí. Buscamos evitar perdernos en pensamientos sobre lo que sentimos y simplemente estar presente con lo que aparece.
Nos limitamos a darles espacio para que estén plenamente. Si sentimos rabia hacia alguien permitimos que esa rabia esté ahí, si sentimos ansiedad por un problema de salud, permitimos que esté ahí la ansiedad. Sin juzgarla, en la medida de lo posible, sin querer que desaparezca.
Podemos decirnos a nosotras mismas, “esto forma parte de mi vida actualmente!, “esto es real”, “esto es parte de mi vida”, o cualquier otra frase que refuerce esta intención de no interferir en lo que estamos sintiendo. No quiere decir que nos guste o que queramos sentir eso, es solo una aceptación momentánea de esa situación presente en nuestra vida para poder comprenderla mejor.
03
Investigar
La siguiente etapa es Investigar. Aquí investigar es indagar, entrando en contacto con la sensación de la experiencia en lugar de intentar comprender intelectualmente, en lugar de realizar un proceso cognitivo o analítico.
Aunque el relato que contamos y nuestras creencias al respecto pueden ser un puerta de acceso a la experiencia directa, vuelve una y otra vez a poner tu atención en el cuerpo, en la experiencia sentida y en las sensaciones del lugar en que te sientes más vulnerable…
Pero aun así, puede ser útil comenzar la investigación preguntándonos ¿Qué es lo más difícil de todo esto, lo peor, lo más doloroso? A veces aparece alguna creencia como, “no se me puede amar”, “no lo merezco”, o “siempre fracasaré”. Siente simplemente si hay algo ahí.
Con la atención en tu cuerpo, nota ¿qué emociones hay?... ¿Hay miedo, rabia, tristeza, dolor? ¿Y dónde las siento? ¿En qué lugar de mi interior siento estas emociones?
Puedes preguntarte ¿Cuál es la experiencia en el cuerpo de estas emociones? Tal vez notamos una contracción en algún lugar, en el pecho, el vientre, la garganta. Tal vez una sensación de ahogo o vacío, o calor. Entramos así en contacto íntimo con la expresión física de la situación y con la vulnerabilidad que hace esta situación particularmente intensa para nosotras.
04
Nutrir
La cuarta etapa del proceso, la N de RAIN, es Nutrir. Manteniendo el contacto con la vulnerabilidad interior, vamos a preguntarnos qué quiere expresar y cómo quiere que estemos con ella. Invitando a nuestra parte más compasiva en esta fase vamos a ofrecerle a la parte más vulnerable lo que pueda estar necesitando, la aceptación, el amor, el perdón, la compasión o la protección que sea más sanadora.
Después de estas cuatro etapas, viene la parte final de RAIN, que se llama Después del RAIN y es un momento para dejar todo “hacer” y en vez tomarnos unos momentos para descansar en la presencia y espacio de corazón que ha emergido.