Mindfulness socialmente comprometido II
- Sebastián Porrúa
- 12 de mar.
- 2 min de leitura
Se ha definido a la meditación mindfulness como un pájaro con dos alas; la atención, la claridad a lo que está ocurriendo, la apertura, la capacidad de estar con la experiencia presente, y por otro lado la ternura, la gentileza, la compasión, la benevolencia, el amor.
En el post "Mindfulness socialmente comprometido" dijimos que el mindfulness podía servir para desarrollar la capacidad de los colectivos más afectados por las desigualdades de regularse emocionalmente, ser capaces de lidiar con las dificultades de su situación, y también para ayudar a las personas encargadas de trabajar con estos colectivos a no mirar a otro lado, a conseguir mirar toda la injusticia y el dolor que hay ahí, para poder responder a él con claridad.
En este post me quería detener en la capacidad del mindfulness socialmente comprometido de aliviar la situación de los más desfavorecidos de una sociedad, presos, o de las personas sin hogar, drogodependientes y otros colectivos marginados.
Sabemos que la gente con problemas crónicos de salud mental, por lo general, procede de entornos de elevado estrés y/o bajo altruismo y cuidados, que estos entornos que afectan de modo significativo al desarrollo físico y psíquico (Cozolino, 2007, Gerdhardt, 2004; Teicher, 2002).
En concreto se observa que como consecuencia de las difíciles experiencias que han vivido aquellos de nosotros que han crecido en estos entornos podemos resultar especialmente afectados, por la vergüenza, la auto-crítica y/o el odio hacia sí misma y puede que nos resulte enormemente difícil abrirnos a la bondad de los demás o ser amable consigo misma (Gilbert, 1992, 2000a, 2007c,; Gilbert & Procter, 2006).
Por tanto, trabajar con las prácticas del corazón es especialmente beneficioso para estas poblaciones, así como con la población reclusa como observa la mayoría de profesores de meditación que trabajan en el ámbito penitenciario.
Cambiar las condiciones sociales de los más desfavorecidos a través de las políticas públicas, promoviendo la justicia social y una verdadera igualdad de oportunidades es fundamental para erradicar las causas del malestar físico y psicológico de las poblaciones desfavorecidas.
Creemos que combinar la acción política con la promoción de herramientas como la meditación para contrarrestar los efectos de vivir en entornos sociales difíciles puede hacer avanzar el cambio social y potencializar la aparición de una mayor participación política entre la población afectada, ofreciendo al mismo tiempo una visión más amplia de los efectos colectivos de las políticas sociales.

Comments